Existen personas de quien no he de olvidarme jamás! , a parte de mi famila y mis amigos. Son mis maestros.
Mis profes de la escuela, del colegio, de la facu.
Gracias a ellos hoy puedo sumar, puedo leer, puedo guardar silencio cuando otros hablan, me gusta la literatura, las ciencias naturales, la historia de mi país, la informática, los algoritmos, el guaraní, las matemáticas, etc, etc, etc.
Mis profes, son personas que reciben cada año a cientos de niños que llegan sin saber que es una necesidad sentarse en el banco y escuchar atentos lo que ellos están enseñando. Niños que a la par que van creciendo se dan cuenta que fueron instruidos íntegramente por personas capacitadas y dispuestas a dar todo de sí con el fin de dejar un legado en tierra fértil. Niños que se convierten en jóvenes que tienen como deber honrar y reconocer a sus maestros como pilares de miles de hogares que han sido fundamentadas con la sabiduría que nos ha sido impartida por ellos. Niños que llegaron a ser jóvenes y hoy están escribiendo textos como estos, en los cuales son impregnadas en pocas palabras, el amor que uno siente por ellos.
El mismo amor que lleva a los docentes a entregar parte de su vida (en algunos casos, toda su vida...) para dejar una herencia, que pronto sería usufructuada por mentes que aún guardan recuerdos hermosos de la escuela, el colegio, los recesos, las risas y risas en el curso... recuerdos que nunca serán borrados...
No queda nada más que agradecer y retribuir a nuestros maestros, con nuestra frente en alto, llegando a lugares también de influencia para nuestro país, llevando el sacrificio de cada uno de ellos en los hombros, llegando a ser referentes como lo fueron y seguirán siendo ellos.
Gracias por todo.
